Nuestra historia comienza en 1838, cuando el sacerdote Luis Biraghi, inspirado por un profundo sentido de fe y servicio, fundó la congregación de las Hermanas de Santa Marcelina en Italia. Su visión era revolucionaria para la época: ofrecer una educación integral que combinara la excelencia académica con una sólida formación espiritual y moral. Creía firmemente en la importancia de la educación como medio para transformar la sociedad, formando jóvenes con valores, criterio y un profundo sentido de responsabilidad.
Con el paso de los años, la misión marcelina ha trascendido fronteras, adaptándose a los cambios de cada época sin perder su esencia. Las Hermanas Marcelinas han expandido su labor a distintos países, llevando su modelo educativo a comunidades diversas y formando generaciones de personas íntegras, comprometidas con el bien común. Hoy, nuestra institución sigue fiel a ese legado, educando con el mismo espíritu de entrega, cercanía y excelencia que impulsó su fundación.
Formar personas íntegras, capaces de transformar su entorno a través del conocimiento, la fe y el servicio a los demás.
Ser una comunidad educativa de referencia, reconocida por su calidad académica y por su impacto positivo en la sociedad.
El modelo educativo Marcelina se cimienta en principios fundamentales que buscan formar no solo mentes brillantes, sino también corazones nobles y comprometidos. Nuestra enseñanza se basa en una visión integral del ser humano, donde el conocimiento, los valores y la fe se entrelazan para dar sentido al aprendizaje y a la vida.
Creemos en la educación como un camino de crecimiento personal, donde el desarrollo intelectual va de la mano con la formación espiritual y ética. Buscamos que cada estudiante descubra su propósito y desarrolle una visión del mundo basada en la verdad, la justicia y el amor al prójimo.
Fomentamos un aprendizaje que no solo persigue el conocimiento, sino que también cultiva el pensamiento crítico, la creatividad y el deseo de superación. Más allá de preparar a los estudiantes para el mundo profesional, los impulsamos a convertirse en agentes de cambio, capaces de transformar su entorno con responsabilidad y liderazgo.
Nuestra comunidad educativa se caracteriza por un ambiente de cercanía, confianza y apoyo mutuo. Nos esforzamos por cultivar relaciones basadas en el respeto y la fraternidad, donde cada estudiante se sienta acogido y valorado. Este sentido de familia refuerza el compromiso con el servicio, la solidaridad y la convivencia armoniosa.
La misión de las Hermanas Marcelinas ha trascendido fronteras, llevando su labor educativa y formativa a diversas partes del mundo. Con presencia en Italia, Brasil, Argentina, México, Albania y Mozambique, su compromiso con la enseñanza y los valores se adapta a cada comunidad, brindando educación de calidad y formación integral. A lo largo de los años, su legado ha impactado la vida de miles de personas, manteniendo siempre su vocación de servicio y excelencia.
Estaremos encantados de conocerte y guiarte para que formes parte de esta Gran Familia. ¡Escríbenos y nos pondremos en contacto contigo!
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